domingo, 2 de noviembre de 2014

"Mi autobiografía escolar"

MI JARDIN, MI ELECCIÓN.
Todavía me asombro cuando mi mamá cuenta que yo sola elegí mi jardín de infantes a los 3 años, señalando con mi dedo cada vez que pasábamos por allí; como era cerca de mi casa, pasábamos bastante seguido. Era una casa esquina grande, blanca con rejas verdes y un cartel gigante que decía “Jardín Maternal y Pre-Jardín Los Enanitos”. Ahí mismo quería ir yo. Una tarde de la mano de mi mamá Claudia fuimos hasta ese bello jardín, tocamos la puerta y enseguida nos atendió Juliana, la seño. Según cuenta mi mamá, no alcanzó a empezar a hablar con la seño que yo ya había entrado al jardín y pasado al patio a jugar. Desesperada me llamaba: “Vamos Juli, ¡mañana volvemos, dale!”, al mismo tiempo que la seño decía “Dejala un ratito más, que vaya conociendo, después la buscas”. Y mi mamá no tuvo otra opción que volverse sola. Otra cosa que cuenta, es que apenas llego al a puerta de mi casa volvió a buscarme, ¡no podía creer que era ella la que no estaba preparada para que yo empezara el jardín! No recuerdo bien qué pasó en ese lapso de minutos que demoró en volver a buscarme, pero si me acuerdo el berrinche que arme cuando la vi; a diferencia de los demás, yo lloraba porque no quería volver a casa. Buscándole la explicación ahora de grande, supongo que era porque yo jugaba mucho sola o con mis papas los fines de semana, pero mis hermanos ya eran más grandes y no me daban mucha bolilla. Imagínense lo cómoda que estaba desde el primer día, increíble… ahora de grande me cuesta mucho más adaptarme a nuevos lugares. ¿Raro, no? Todos los días me preparaban el tapper con el almuerzo y me mandaban con una remerita gris con la estampa del jardín adentro de unos shores azules. No siempre era todo color de rosa, a veces, me ponían de “florero” en alguna esquina de la salita. Todavía me parece injusto cómo yo ocupaba ese lugar cuando Marianito, el terrible de la salita, ¡hasta se comía la plastilina y masticaba las gomas! Yo solamente pellizcaba si me molestaban, nada más que eso.

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